SAMARCANDA

Samarcanda, en Uzbekistán, es una de las ciudades más antiguas del mundo que aún están habitadas, ya que se fundó en el siglo VII a.C.

Tuvo una gran importancia comercial por su ubicación en la Ruta de la Seda. También por ser el lugar donde se construyó la primera fábrica de papel del mundo islámico. Además, fue capital del Imperio del poderoso Tamerlán entre finales del siglo XIV y principios del siglo XV y capital de la República de Uzbekistán entre 1925 y 1930.

Samarcanda está declarada Patrimonio de la Humanidad.

Algunos de los lugares más interesantes de esta ciudad son:

Registán

El Registán era la plaza pública de la ciudad. En este lugar se reunían las personas para escuchar las proclamas reales y para asistir a las ejecuciones.

La plaza está flanqueada por tres madrasas o escuelas coránicas. Son la madrasa de Ulugh Beg (siglo XV), que fue la universidad más importante de su tiempo, la de Sherdar(siglo XVII) y la de Tilla-Kari (siglo XVII).

Mezquita Bibi Khanum

La Mezquita Bibi Khanum recibe ese nombre en honor a la mujer de Tamerlán, que se llamaba así.

Es un edificio de gran tamaño, que quedó en desuso y se fue deteriorando con el paso de los años. En 1897 un terremoto le provocó gravísimos daños.

El gobierno uzbecó la restauró a finales del siglo XX, utilizando materiales similares a los originales y, aunque ha perdido parte de su esplendor, aún sigue impresionando.

Necrópolis Shah-i-Zinda

La Necrópolis Shah-i-Zinda es un cementerio donde se sitúa la tumba de Qusam ibn Abbas, primo de Mahoma, que llevó el Islam hasta esta zona.

Durante el reinado de Tamerlán se levantaron numerosos mausoleos en los que se enterró a algunos de los allegados al emperador, como su hermana, y a personajes importantes de la época, como el astrónomo Kazi Zade Rumi.

Mausoleo Gur-e-Amir

El Mausoleo Gur-e-Amir, cuyo nombre significa "tumba del rey", es el lugar donde está enterrado el célebre emperador Tamerlán.
La construcción del mausoleo comenzó en 1403, tan solo dos años antes de la muerte de Tamerlán. A su fallecimiento, su nieto Ulugh Beg, que también fue enterrado en este lugar, completó las obras.

Cuenta la historia que, sobre aquel que ose violar la tranquilidad de los restos de Tamerlán, caerá una maldición. La lápida de jade verde oscuro de su tumba ha sido movida en dos ocasiones y, sea la leyenda cierta o no, en ambas ocasiones hubo consecuencias. La primera vez fue en 1740, cuando el emperador persa robó la piedra y la rompió. Después de eso comenzó a tener muy mala suerte. La segunda ocasión fue en 1941, cuando un grupo de arqueólogos soviéticos abrió el sepulcro. Al día siguiente, Alemania invadió la URSS.

Foto: Shuhrataxmedov

Otros lugares interesantes de Samarcanda son el Observatorio de Ulugh Beg, el sitio arqueológico de Afrasiyab y el Bazar Siyob.